miércoles, 23 de junio de 2010

Coyoacán, barrio de mis amores

México 23 de Junio del 2010.
En esta zona sur de la Ciudad de México existen diferentes centros culturales donde se puede escuchar música, disfrutar de una exposición de arte, ver obras de teatro o asistir a talleres literarios.
Coyoacán, al igual que otros antiguos pueblos aledaños a la entonces pequeña Ciudad de México de principios de siglo, como lo fueron Tacuba, Tacubaya, la Villa de Guadalupe, Tlalpan, Mixcoac, San Ángel, Xoco, Romita o Tlacoquemécatl, y los más cercanos a Coyoacán como Los Reyes, La Candelaria, San Antonio Coapa, Santa Úrsula y Xotepingo, fueron perdiendo sus fértiles parcelas mediante una sistemática y desorganizada urbanización, para así unirse a la gran metrópoli que los ha devorado. Lo mismo ha sucedido con los pequeños y pintorescos barrios coyoacanenses, otrora separados por sus productivas huertas y amplios maizales.
Cada uno de los ocho barrios que conforman Coyoacán tiene importantes templos construidos durante la época colonial, donde todos los años el día del santo patrono se celebran fastuosas fiestas pletóricas de ceremonias religiosas, procesiones, música, danzas, juegos mecánicos, fuegos piroténicos y la indispensable vendimia. Estos encantadores barrios, actualmente unidos por quebradas calles y angostos callejones, son poseedores de interesantes historias y fabulosas leyendas.
Podríamos imaginar cómo lucían hace menos de un siglo estos peculiares barrios como el barrio de la Concepción con su pequeña plaza de La Conchita y su bella capilla, vigilada muy de cerca por la célebre Casa de La Malinche, entre abundantes y límpidos riachuelos nacientes del manantial de Los Camilos, con sus animados lavaderos de ropa, sitio donde proliferaban los ahuehuetes.
Los barrios de San Lucas y San Mateo, surcados por serpenteantes y cantarinos arroyuelos, con sus tupidos maizales y amplios llanos para la cría de ganado entre otros.
Describir el atractivo, populoso y colonial barrio de Coyoacán, el lugar más festivo y jovial de la Ciudad de México, no es tarea fácil. Su apacible, poética e inspiradora apariencia durante el transcurso de la semana, hace contraste con el abigarrado ambiente de sábados, domingos y días festivos en su plaza Hidalgo y Centenario.
Al caminar por el antiguo atrio y camposanto del tempo de San Juan Bautista encontramos al frente una sencilla cruz atrial; a la izquierda una gran estatura del cura Miguel Hidalgo, y en su parte posterior la interesante escultura labrada sobre un tronco de árbol llamada La Familia de Antonio Álvarez Portugal y Josué. A un lado está el quiosco, siempre rodeado de palomas.
Al cruzar la calle de Carrillo Puerto, que divide el atrio en dos, se encuentra la bullente fuente de Los Coyotes. La plaza está flanqueada al norte por el edificio que alberga la sede delegacional del Distrito Federal(mal llamado Palacio de Cortés, ya que es posterior a la época colonial y nunca vivió allí el conquistador); al sur, por la imponente construcción del templo de San Juan Bautista; al poniente, por los restos de su portada atrial en piedra labrada, justo enfrente de la calle de Francisco Sosa, donde en medio de gran profusión de postes se esconde la interesante fachada de la casa de Diego de Ordaz.
Miles de paseantes provenientes de todos los rumbos de la ciudad, ávidos de distracción, se reúnen los fines de semana en esta gran plaza para gozar de su sano ambiente.
También puede ocurrir que nos encontremos con las mecánicas estatuas vivientes; que decidamos escuchar a los narradores orales de la pequeña plaza de Santa Catarina, o simplemente visitar el
Mundo Subacuático, y a través de él sumergirnos en lejanos mares y admirar su colorida fauna.
En estos jardines coyoacanenses también podemos adquirir artesanías; comprar los abalorios de chaquira y las muñequitas de trapo que confeccionan diestras manos indígenas; encontrar, en la librería de la plaza, el libro o el disco más reciente, y observar la asombrosa habilidad de los pintores del spray. Junto a la capilla abierta del antiguo templo dominico-franciscano, se exhiben algunas vistosas pinturas, paisajes que oscilan entre arte y artesanía.
En esta zona sur de la Ciudad de México existen diferentes centros culturales donde se puede escuchar música, disfrutar de una exposición de arte, ver obras de teatro o asistir a talleres literarios. Entre los más conocidos se encuentran el Foro Coyoacanense, la Casa de la Cultura Reyes Heroles, el Centro Cultural Italiano, el Museo de Culturas Populares, para disfrutar de cualquier tarde en el centro de Coyoacán.

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